Presentación de la materia de Evangelismo

Presentación de la materia de Evangelismo

Para comenzar con esta lectura, lo haremos con la siguiente pregunta, ¿es nuestra obligación invitar a nuestros semejantes que se alleguen a la verdad? Ahora bien, examinemos el siguiente pasaje del Evangelio según el apóstol Juan.

“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.”

Juan 6:44


¿Acaso tendremos que dejar la responsabilidad de ganar almas para Cristo en las manos de Dios, nuestro Padre? Para dar contestación a esta pregunta, los invito a reflexionar en las siguientes palabras de nuestro Señor Jesucristo.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

Apocalipsis 3:20


Describe que Cristo llama a la puerta, y nosotros voluntariamente debemos abrirla e invitarlo a que tome lugar en nuestras vidas. No obstante, nosotros cómo podemos advertir a los demás sobre la salvación de sus almas, o quizás, ¿habrá personas que estén predestinadas a salvarse y muchas otras más a perderse?

Pues el mismo Jesús, antes de ascender al cielo y sentarse a la diestra de Dios, les dio la siguiente comisión a sus apóstoles:

“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”

Marcos 16:15


Entonces cual sería el propósito de predicar las Buenas Nuevas de Salvación, si nosotros no podemos hacer nada para invitar a otros a servir a Dios, qué beneficio se obtendría de predicar a quienes están predestinados a ser salvos.

Ciertamente al compartir con nuestro prójimo el mensaje de que Dios nos ama, conlleva una obligación no solo de enseñar la Doctrina de nuestro Señor Jesucristo, también requiere encaminarlo y esforzarlo para bien.

Es verdad, que una predicación no tendrá resultados favorables, a menos que Dios atraiga a quienes deben ser salvos, a menos que Jesús haya hecho posible que estos puedan llegar al Padre por medio de Él, a menos que el Espíritu Santo haya obrado en ellos, otorgándoles la oportunidad de ser llamados Hijos de Dios.

“Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.”

2 Corintios 5:11


Si Dios hace la obra de atraer a las personas al conocimiento y de añadir cada día a su Iglesia quienes deben ser salvos, ¿por qué el apóstol Pablo tuvo que persuadirlos?

Gracias a Dios que ha inspirado hombres para persuadir a los demás, de la necesidad que tenemos de Él y para enseñarnos a caminar en esta vida haciendo su voluntad.

Por consiguiente, nosotros debemos tener un interés hacia nuestros semejantes, y un deseo de expresarles la necesidad que tienen de un Salvador.

“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

1 Juan 5:13



El plan de estudio de la Fraternidad Juvenil contempla una materia bajo el nombre de Evangelismo, con la finalidad de inducir a los jóvenes al uso de las herramientas necesarias para traer nuevas almas al conocimiento de la verdad.

El instructor de esta materia es nuestro hermano Benjamín Sánchez, y a continuación, se enlistan algunos de los temas presentados en esta unidad de aprendizaje:

Aspectos importantes del Evangelismo.
Identificando a un posible prospecto para el Evangelismo.
¿Con que temas iniciamos el Evangelismo?
Dificultades en el proceso del Evangelismo.


El deseo del Ministerio de la Iglesia de Dios en Las Fuentes es seguir predicando, solicitando a las personas que entreguen sus vidas a Dios, usando el pulpito y también las entradas de esta página web, para llevar el mensaje del Salvador, quien nos amó lo suficiente como para entregar su vida, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”

Romanos 10:8-13



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