¿Qué dice la Biblia sobre la Tenacidad?

¿Qué dice la Biblia sobre la Tenacidad?


La tenacidad es la fuerza que impulsa a continuar con empeño y sin desistir en algo que se quiere, teniendo esto en cuenta siendo hijos de Dios, también lo tenemos que llevar en práctica. De hecho, tenemos múltiples ejemplos en la Biblia sobre ello y que nos dejan mucha enseñanza.

“Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos”.

Jeremías 32:39


Job nació en tierra de Uz, él era recto y temeroso de Dios y apartado del mal, fue perfecto ante los ojos de Dios. El tenía 7 hijos y 3 hijas, su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados (Job 1:1-3).

Pero como era tan perfecto, Satanás le dice a Jehová que lo pusiera a prueba, que con cualquier mal que le diera, él le blasfemaría. Entonces Dios le quito todo lo que poseía: hijos, propiedades, ganado y más. Job no sabía por qué estaba pasando esto, así que rasgo su manto y rapo su cabeza y se arrodillo en la tierra y adoró a Dios.

Pero Job nunca peco a pesar de la gran y difícil prueba que estaba atravesando, y pasado un tiempo Jehová quito la aflicción de Job. Después de que Job oró por sus amigos, Dios aumento al doble todas las cosas que Job poseía. Tuvo 7 hijos y 3 hijas y no hubo mujeres tan hermosas como sus hijas, después de esto vivió 140 años, dejándolo ver hasta la cuarta generación y murió Job viejo y lleno de bendición de Dios.


La tenacidad es esforzarse y luchar de manera constante para lograr un objetivo, a pesar de las dificultades que podamos sufrir, debemos saber que, si amamos a Dios y tenemos fe, podremos hacer lo que queramos, también con paciencia ya que todo tiene su tiempo y lugar.

“Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”.

Jeremías 29:13


Aunque nos digan que estamos equivocados en lo que nosotros creemos, no debemos hacerles caso o siquiera dudar en lo que creemos, ya que sus palabras no tienen argumentos. En cambio, la Palabra de Dios contenida en la Biblia está llena de argumentos para demostrarlo, no nos podemos dejar llevar por cosas vanas y sin sentido. Es más, debemos esforzarnos para poder llegar a tan siquiera un pequeño grado de perfección ante Dios.

“Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos”.

Salmos 119:10



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