Nuestro saludo de Paz a vos

Nuestro saludo de Paz a vos

Veremos en este artículo bases Bíblicas donde al momento de leer y estudiar no nos quedará duda de que este saludo es parte de nuestra Doctrina, ya que nuestro Señor Jesucristo enseño y dio instrucción a sus discípulos de saludar de esta manera.

El saludo es la manera atenta y correcta para iniciar una conversación con alguna otra persona y hay muchas formas de hacerlo, tal vez utilizando un Hola, buen día, buena tarde, qué tal, cómo éstas, entre otros, y en la manera corporal podemos hacerlo estrechando nuestra mano, dando un abrazo o tal vez con una palmada en la espalda. En esta ocasión nos vamos a enfocar al saludo que cada uno de nosotros como miembros de la Iglesia de Dios utilizamos cuando nos vemos de Paz a vos.

En esta frase vemos que tiene escrita una condición en la cual el Hijo de Dios tiene en su vida y se ve reflejado cuando se presenta con su prójimo. De la cual, también es lo que uno le desea al que recibe el saludo, la paz de Dios en su ser. Tal vez lo hemos escuchado en algún otro grupo religioso, sin embargo, la verdad de nuestra Doctrina no se basa en un solo aspecto como es el saludo, sino en otros temas de Doctrina como son los diez mandamientos, la ley de lo limpio y lo inmundo, el bautismo, entre otros.

Es por ello que en el título se expresa el sentido de pertenencia, ya que somos los que llevamos a cabo la Doctrina que enseñó nuestro Señor Jesucristo de parte del Padre, nuestro Dios. La raíz del saludo proviene del término hebreo Shalom que significa bienestar o paz. Es la manera corta o abreviada de Shalom alejem que significa Paz a vosotros, al ser utilizado a manera de saludo o despedida, cabe remarcar que siempre se usa en plural. Esto es igual a que se dedique a un grupo de personas o a una sola persona.

Reencuentro de José con sus hermanos

La primera ocasión en la que se presenta este saludo de paz a vosotros fue cuando los hermanos de José, angustiados porque pensaban que los iban a tener como esclavos debido a que no tenían el dinero de la compra de alimento, llega el mayordomo y al saber esto de parte ellos les dice paz a vosotros esto lo vemos en el libro de Génesis.

El les respondió: Paz a vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales; yo recibí vuestro dinero. Y sacó a Simeón a ellos.

Génesis 43:23


Esta historia es muy bonita, sus hermanos de José aún no sabían que era él con el que se presentaban en Egipto para pedir comida, José era su hermano que habían vendido. José al ver a su hermano menor Benjamín, se conmueve y se va a su recamara a llorar porque no lo había visto en mucho tiempo, la paz y la tranquilidad que sintió José en ese momento es muy singular. En esta lectura la paz que les deseo el mayordomo a los hermanos fue para no sentir temor.

Gedeón y el ángel de Jehová

En este punto de reflexión vemos como es la paz de nuestro Dios y de nuestro Señor Jesucristo, de seguridad, confianza, tranquilidad y de valor. En una ocasión en un lugar llamado Madian, se encontraba el pueblo de Israel subyugado por los madianitas, y fue enviado un ángel a un hombre llamado Gedeón para decirle que tenía que librar al pueblo de Israel de manos de los madianitas. Gedeón se hizo menos porque era de familia pobre y el hijo menor de la casa de su padre, entonces le hablo el Señor y le dijo:

Paz a ti, no tengas temor, no morirás.

Jueces 6:23.


Lo que nuestro Señor Jesús nos dejó fue una paz verdadera, no cualquiera, donde la paz que recibió Gedeón no solamente le dio tranquilidad sino valor. Es pues, la paz que nosotros deseamos en el saludo, no es una paz que el mundo da, la cual consiste solamente en no tener conflicto alguno, la ausencia de guerra, comúnmente se dice que la paz se alcanza cuando vives tal como quieres vivir, que la paz se logra al enfocarte en tus propias necesidades. Claramente lo mencionó el maestro en la siguiente cita.

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 14:27


Los doce discípulos de Jesús

El ejemplo que dejó nuestro maestro acerca del saludo fue cuando una vez resucitado se les presenta a sus discípulos y así los saluda Paz a vosotros, recordando lo que analizamos anteriormente que antes de morir también les dejaba la paz, ahora nosotros saludamos así, al ver a nuestros hermanos como lo hizo el maestro.

Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. Lucas 24:36

Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros. Juan 20:19-21


Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez Paz a vosotros, como me envió el Padre, así también yo os envío. Hubo una instrucción del Maestro a los 70 que envió a predicar, que al momento de entrar a las casas ellos saludaran de esta manera deseándoles la paz, si alguien de esa casa no fuera un hijo de paz, esa paz que desearán volvería a ellos.

Nosotros tenemos el hábito de saludar así y como respuesta recibimos también la paz. Así también identificamos a los que son domésticos en la Fe, cuando alguno de los que saludamos nos responden de la misma manera.

En cualquier casa donde entréis, primeramente, decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.

Lucas 10:5,6


Otra instrucción similar del maestro fue a sus discípulos, cuando les dijo que fueran a predicar a las ovejas perdidas de la casa de Israel y que al entrar a la casa desearán la paz.

Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros.

Mateo 10:12,13


El Apóstol Pablo y Timoteo, junto con su madre Eunice y su abuela Loida

También una de las maneras en las que regresamos el saludo es al decir a vos paz o a ti paz, ya que es la mejor forma de que la paz también vuelva a la persona, ya que le deseamos que también se encuentre en esta condición y que tenga la paz de nuestro Señor Jesucristo. También otro ejemplo de saludar así, fue de aquel que dijo “sed imitadores de mi, como yo de Cristo“, el apóstol Pablo a Timoteo deseándole la paz.

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en Cristo Jesús, a Timoteo, amado hijo: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y de Jesucristo nuestro Señor.

2 Timoteo 1:1-2


Posteriormente también lo hace Timoteo junto con el Apóstol Pablo, saludando a los obispos y diáconos.

Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Filipenses 1:1-2


Al despedirse también vemos el ejemplo del Apóstol Pablo al mencionar el saludo.

Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.

2° Tesalonicenses 3:16


Conclusión

Una de las razones principales y que se le tiene que dar mucho valor es lo que representa el fruto del espíritu en cada uno de los que emiten este saludo, ya que no se puede desear la paz cuando en el ser interior no existe, es por ello que le debemos pedir a nuestro Dios que nos deposite este fruto del espíritu en nuestro ser y trabajar en él. Vemos el Saludo de paz, sustentando en el fruto del espíritu.

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe.

Gálatas 5:22


Tenemos base de que el saludo que utilizamos es el correcto y que mejor que Nuestro Señor Jesucristo lo haya enseñado, así que no hay duda de que lo que hacemos está bien. Así mismo la recomendación es que procuremos estar así, en paz con todos.

Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

Hebreos 12:14



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