Les presentamos una breve reseña sobre una actividad recreativa que tenemos por costumbre llevar a cabo cada año los miembros de nuestra Iglesia, entendiendo la importancia que tiene poder convivir fraternalmente y fomentar los lazos de amistad.
El hecho de que Dios haya enviado su hijo a morir a la tierra para liberarnos del pecado es una prueba irrefutable de la bondad de Dios para la humanidad. La bondad es la cualidad de ser bueno, y actuar en favor de otros incluso si implica detrimento de uno mismo, y en qué otro Ser puede habitar en su plenitud la bondad sino en nuestro Padre quien, por el bienestar y dicha de nosotros, envió a su Hijo a morir en propiciación de nuestros pecados, ¿Qué más grande de amor y bondad puede haber? Juan 3:16-17.
En la vida hay ocasiones en que el panorama se torna gris y los problemas intentan ahogar nuestra existencia, cuando la desesperanza quiere poseernos, es momento de orar. Dime qué profeta jamás sufrió o que apóstol nunca lloró, el mismo mundo los persiguió, por lo tanto esta leve dificultad que ahora nos quiere doblegar, no se compara con la gloria venidera.
La única manera de lograr la prudencia en nuestra forma de expresarnos y de actuar es entregar de manera íntegra nuestro corazón al Señor, y ¿cómo lograr que efectivamente sintamos la presencia de Dios en nuestra vida? pues alimentando nuestro espíritu con cosas positivas, edificantes, y buenas … Si alguna virtud, si alguna Alabanza, en esto pensad.
Porfiad entrar en la puerta angosta, es la invitación del Señor Jesus en nuestra vida, porfiad, significa imponer todo el esfuerzo necesario para lograr algo, no es hacer como que le echamos ganas, es imponer tesón para alcanzar algo, y la puerta angosta o ese camino estrecho se refieren a vivir una vida siguiendo las pisadas del Maestro, poniendo por obra su palabra, viviendo por fe, y sirviendo a nuestro Dios.
Servir a Dios es una labor que incluye varios aspectos de nuestra vida, servir es actuar, trabajar y luchar, pero con el amor con el que fuimos llamados, con gusto. En el trabajo está bien comprobado que cuando nos gusta y apasiona nuestro trabajo, la haremos mejor, así pasa en los trabajos para Dios, tiene que haber primeramente un amor por Dios, por su obra y por lo que hacemos, de esta manera nuestra labor será fructífera y la haremos con excelencia.
Cada uno nos idealizamos en un concepto, algunos se conciben a sí mismos infravalorándose, es decir, haciéndose pequeñitos frente a los demás, lo que se le conoce como una autoestima baja, pero algunos otros, tienen un alto concepto de sí mismos, y cuando eso ocurre, miramos a los demás hacia abajo, no nos preocupamos por sus necesidades, incluso pensamos que no necesitamos de nadie.
Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados. Estas palabras infalibles del Señor a través del Apostol Pablo se cumplen cuando nuestra prioridad es Dios (le amamos), entonces, donde quiera que estemos, y en los que hagamos, hallaremos prosperidad de la mano de Dios.