¿Cuál es nuestra identidad?

¿Cuál es nuestra identidad?

¿Cómo te identifica las personas? Acaso dicen, “mira, ahí va el señor que vende autos” o “esa mujer es maestra, aquel de haya es un médico”. ¿Los que me conocen me identifican como un seguidor de Cristo e Hijo de Dios?

Cuando uno de nuestros hijos recibe un premio por una participación sobresaliente, a mí me gusta que me conozcan como “el papá del niño”. Desde 1990 he disfrutado ser “el Contador” debido a mi trabajo en esa profesión. Todos tenemos pequeños títulos que los demás usan para identificarnos. En una ocasión Jesús les preguntó a sus discípulos lo siguiente.

“¿Quién dicen los hombres que soy yo?”

Marcos 8:27


Algunos pensaban que era Elías u otro profeta, pero los que le conocían mejor dijeron “tú eres el Cristo el hijo del Dios Viviente”. Esa era una etiqueta correcta para el Salvador del mundo, que grande privilegio nos dio por medio del Evangelio del apóstol Juan.

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”

Juan 1:11-13


¿Cómo te llaman los que mejor te conocen? ¿Acaso dicen ahí va un seguidor de Cristo? ¿Allí va el Hijo de Dios? Esto puede depender de cómo hablas con la gente, cómo tratas a tu familia y de la manera en que vives. Por sus frutos los conocerán decía el maestro Jesús, ¿acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

Mateo 7:21-23


El apóstol Pablo dijo que todos son Hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Esa identificación íntima con Dios nuestro Padre debe expresarse naturalmente por sí misma a nuestros amigos y conocidos. Los que más cerca estaban de Jesús sabían que Él era el Salvador. ¿Saben los que están cerca de nosotros que Él es nuestro Salvador y qué somos Hijos de Dios?

Tal vez nos falte reconocernos a nosotros mismos, y entender la verdadera importancia de ser llamados Hijos de Dios. No debemos despreciar un favor tan grande, porque no todos tienen este privilegio.


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