Dios nos fortalece
¿Quién no ha pasado por alguna situación difícil? Todos por lo menos en alguna ocasión hemos estado ante una situación así, y hemos llegado a pensar que no la podemos superar. En esos momentos surgen preguntas como: ¿Qué hice mal?, ¿Por qué a mí?, ¿Qué estaré pagando?, ¿Hasta cuándo terminará? El tiempo parece que pasa lento y caemos en angustia al no encontrar la solución, y lo peor, llegamos a pensar que la vida no tiene sentido y que estamos solos.
Las causas que nos pueden hacer caer en situaciones adversas son muchas, lo importante es saber cuándo lleguemos a encontramos en un tiempo difícil, ¿Quién es aquel que lo puede soportar?, y ¿Qué podemos hacer ante esas dificultades? Hablamos de tiempos difíciles cuando tenemos un conflicto ya sea de salud, emocional o social, no lo podemos superar y necesitamos ayuda.
No importa la edad, si eres hombre o mujer y el contexto en el que se viva, no estamos exentos, la vida misma nos presenta situaciones que nos hacen pensar que no existe solución. Bien lo dijo Salomón, cuando nos encontramos en aflicción nuestros días suelen ser trabajosos (difíciles), Proverbios 15:15. Ante esta problemática, los que reconocemos la existencia de un Ser que para Él no hay imposible, le podemos pedir y esperamos su ayuda, Jeremías 32:17. Además, su palabra dice en 1 Corintios 10:13:
“…más fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar, antes dará también… la salida, para que podáis aguantar”
Esto quiere decir que los que confiamos lo podemos superar porque estará a nuestro pronto auxilio, sólo pidámoslo. Las dudas e inquietudes desaparecerán en el ejercicio de nuestra fe. En las escrituras hay evidencia de que Dios no abandona y que todo lo podemos en su hijo que nos fortalece. Pongo a su consideración las siguientes reflexiones y recomendaciones que sin duda serán de mucha ayuda para los tiempos difíciles.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece
En las Sagradas Escrituras encontramos varios personajes que pasaron por momentos de angustia, pero confiaron en Dios y Él les ayudó. El mayor ejemplo es nuestro señor Jesucristo, cuando se acercaba la hora en que iba a ser entregado para muerte, la biblia nos dice lo siguiente:
“Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; …”
Mateo 26:37-38
¿Qué hizo Jesús en esta situación?
“Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mi este vaso; empero no sea como yo quiero, sino como tú”.
Mateo 26:39
Como nos podemos dar cuenta Jesús oró y pidió ayuda a su padre, y confiando en Él pudo soportar todo y el resultado fue: cumplir su propósito por el cuál fue enviado y en este momento, toda vez que padeció en la carne, se encuentra a la diestra de Dios intercediendo por nosotros. Romanos 8:34.
Ante los tiempos difíciles solemos caer en depresión y ansiedad que nos pueden afectar física y espiritualmente, en esos momentos es importante recodar que Jesús dijo:
“Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar… y hallaréis descanso para vuestras almas”.
Mateo 11:28-29
No busquemos puertas falsas como los vicios que sólo aumentarán nuestros problemas, acudamos a Jesús varón experimentado en dolores quien se compadecerá y nos dará la fortaleza para salir. El apóstol Pablo dio testimonio de esto en la primera epístola a Timoteo 1:12:
“Y doy gracias al que me fortificó, a Cristo Jesús nuestro Señor…”
Confiemos en Él y venceremos, entonces podremos decir estas palabras:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Filipenses 4:13
Estemos o no en angustia hagamos lo siguiente para cuando se nos ofrezca:
- Mantener la comunicación con Dios por medio de la oración, porque Jehová a dicho: “Clama a mí, y te responderé, y te enseñaré cosas grandes…” Jeremías 33:3. “Entonces invocarás, y oirte ha Jehová; clamarás, y dirá Él: Heme aquí”. Isaías 58:9. “Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias” Filipenses 4:6.
- Meditar a diario en la palabra de Dios, porque en ella hallaremos palabras de consuelo: “Porque yo Jehová soy tu Dios, que te ase de tu mano derecha y te dice: No temas, yo te ayudé”. Isaías 41:13. Encontraremos lo que debemos hacer: “Encomienda a Jehová tu camino, y espera en él; y el hará ”. Salmos 37:5. “Si estuviereis en mí y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho” Juan 15:7.
- Debemos obedecer para recibir lo que pedimos: “Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de Él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”. 1 Juan 3:22. Sólo escudriñando la escritura podremos conocer sus mandamientos y lo que le agrada a Dios.
- Para ser asistidos no puede haber mayor virtud en nosotros que esperar en Él, porque: “los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31.
Dios es con Nosotros
No importa qué problema estemos atravesando debemos “… echar toda vuestra solicitud en Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:7, por lo tanto, no nos sintamos solos. A continuación, se mencionan algunos versículos que hacen referencia a qué Dios está siempre con nosotros y lo que nos brinda en todo momento.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19
“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas”. Isaías 40:29.
“El sana a los quebrantados de corazón, y liga sus heridas”. Salmos 147:3.
“Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación”. Mateo 5:4.
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulaciones”. Salmos 46.1.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentare con la diestra de mi justicia”. Isaías 41:10.
“Y Él dijo: mi rostro irá contigo, y te haré descansar”. Éxodo 33:14.
“Jehová es mi pastor nada me faltará, confortará mi alma; guiaráme por sendas de justicia por amor de su nombre”. Salmos 23:1-3.
“…Y Él te dará las peticiones de tu corazón”. Salmos 37:4.
“Bueno es Jehová para fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían”. Nahúm 1:7.
“E invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás”. Salmos 50:15.
“He aquí que yo les hago subir sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad”. Jeremías 33:6.
“Y será Jehová refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia”. Salmos 9:9.
“Bendito sea el Dios y Padre del Señor Jesucristo, Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios”. 2 Corintios 1:3-4.
Como ya se dijo, un elemento importante en los momentos difíciles es la fe, con esta virtud podemos vencer situaciones de angustia, miedo, dolor, temor, duda, etc. Por lo tanto, tengamos fe en Dios, porque Él tiene el poder y todo le es posible, basta creer y Él hará conforme a su voluntad.
En los tiempos malos Dios es fiel y prometió sustentarnos, fortalecernos, guardarnos, guiarnos y estar a nuestro lado, así que refugiémonos y esperemos con paciencia en Él. Dios tiene un propósito para nosotros, esforcémonos, y no desfallezcamos pues al final obtendremos recompensa. 2 Crónicas 15:7. Trabajemos en lograr lo anterior y hagamos propios los siguientes versículos:
“Amarte he, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno de mi salud, mi refugio”.
Salmo 18:1-2.
Conclusión
Para finalizar, les comento que buscar a Dios y depositar nuestra confianza en Él, es un proceso que lleva su tiempo. Conforme se escucha su palabra y se mezcla fe, empezamos a comprender que es galardonador a los que le buscan. Si nos esforzamos comenzaremos a sentir la paz qué sólo Dios nos puede ofrecer confiando plenamente en Él.
Cuando estemos frente a una circunstancia por difícil que esta sea, pidamos no dudando que nos ayude y nos provea la mejor solución, pues Él sabe nuestra necesidad antes que se la pidamos. Todo en el nombre de aquel quien también nos fortalece, a saber, nuestro Señor Jesucristo.