¡Cuán Amables Son Tus Moradas!
“¡Cuán Amables Son Tus Moradas, oh Jehová de los ejércitos! Codicia y aun ardientemente desea mi alma los atrios de Jehová: Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Sal. 84:1-2). Este pasaje revela un gran anhelo por estar en un lugar de adoración al Eterno Dios, un sentimiento que no sólo se refleja en David sino también en personajes como Isaías o el mismo Jesucristo estando en tierra… un sentimiento especial que también los congregantes de Bethel VI compartimos por el bendecido hecho de tener todavía un santuario donde adoremos y alabemos a Dios.